LAS RABIETAS

Un tema que a muchos papás les desespera…. LAS RABIETAS!!

A los dos años los niños descubren el poder de las rabietas, su objetivo es conseguir lo que en ese momento desean.

A estas edades, los niños aún no han adquirido un buen control emocional ni saben manejar su frustración. A esto se une el corto repertorio de vocabulario que ya empiezan a manejar, algo que les impide expresar con claridad cómo se sienten o qué es lo que desean.

El papel de los papis ante estas situaciones es fundamental, ya que serán ellos quienes les enseñen a regular y manejar sus emociones y su frustración. Aquí dejamos algunos consejos para enfrentarse a estos “problemillas” que surgen día a día:

1 MANTENERSE FIRMES: si ante una rabieta cedemos ante los deseos del niño estamos reforzando ese comportamiento, con lo cual se convertirá su mejor arma para conseguir lo que desea. Si aplicamos la “extinción” a este comportamiento debemos ser conscientes de que la reacción del niño probablemente será aumentar la intensidad de su conducta (explosión de la extinción), este es el momento en el que debemos hacer el mayor esfuerzo por mantenernos firmes!!

2 PROPORCIONARLE EXPLICACIONES: debemos explicarle de forma muy sencilla el porqué no pueden conseguir lo que desean en ese momento. Es más efectivo si se dan antes de que el berrinche estalle, si el niño ya ha empezado a llorar y gritar debemos conseguir que nos escuche (para esto es importante ponernos a su altura, por ejemplo arrodillándonos, y conseguir que nos mire a la cara).

3 MOSTRARLES NUESTRA EMPATÍA: debemos hacerle ver que le entendemos y que comprendemos sus deseos (“sé que estás enfadado por no poder jugar ahora, pero es hora de irse a la cama”). De esta forma estaremos validando sus emociones y seguiremos manteniéndonos firmes ante sus peticiones.

4 RESPONDER CON TRANQUILIDAD: debemos mostrarnos tranquilos ante su berrinche. Si reaccionamos con enfado el aprendizaje que harán de la situación será que deben responder también con enfado (reforzamos su comportamiento), por el contrario, si nos mostramos tranquilos, además de ayudar a calmar la situación, estará aprendiendo cuál es la forma adecuada de actuar.

5 RESTRINGIR EL ABANICO POSIBLE DE OPCIONES: si le hacemos preguntas abiertas las posibilidades de un berrinche van en aumento (¿Con qué quieres jugar?), puede optar por una opción que en ese momento no es posible (está lloviendo y quiere montar en bici). En cambio si restringimos las opciones dejamos pocas oportunidades a que salga una posible rabieta (¿Quieres jugar con el oso o con el tren?)

6 DARLE OTRAS OPCIONES A SU DESEO: si sólo nos centramos en censurar sus deseos o comportamiento probablemente su rabia vaya en aumento, le estamos negando algo que en ese momento desea enormemente. Si le damos una opción diferente a lo que el niño pide conseguiremos que se calme, por ejemplo: el niño quiere salir a montar en bici pero está lloviendo, le podemos proponer que si mañana no llueve saldremos a dar un paseo en bici y que mientras hoy puede jugar con su muñeco favorito.

7 ESTRATEGIAS DE DISTRACCIÓN: a veces cogerlo en brazos y llevarlo a un escenario diferente puede hacer que se les olvide el motivo del berrinche (está llorando y pataleando en su habitación y lo llevamos al salón donde en la TV están poniendo sus dibujos favoritos)

8 DARLES SU PROPIO TIEMPO PARA QUE SE CALMEN: debemos dejar que se desahoguen mientras les hacemos saber que nos preocupamos por sus emociones y sentimientos en ese momento (“se que estás enfadado, así que cuando estés más tranquilo vuelvo”)

Espero que a muchos os haya servido para manejar un poquito mejor a vuestros peques!


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