El síndrome de Burnout es el agotamiento y la pérdida de interés en el trabajo debido a altas dosis de estrés de forma continua.
Este cuadro se puede clasificar en varios subtipos clínicos, cuestión que facilita el abordaje terapéutico del mismo:
- De tipo “frenético”: donde se invierte una gran cantidad de tiempo en el trabajo. Típico de personas muy ambiciosas.
- De tipo “sin-desafíos”: el individuo se encarga de realizar tareas muy repetitivas y mecánicas en el trabajo, lo que da lugar a indiferencia, aburrimiento y sensación de no estar desarrollándose personalmente.
- Del tipo “desgastado”: la estructura organizativa de la empresa es muy rígida y se traduce en falta de reconocimiento y de control del trabajador.
Las consecuencias que trae son físicas (migrañas, dolores musculares, molestias gastrointestinales…), psicológicas (ansiedad, baja autoestima, desmotivación, etc.) y de tipo material (infracción de normas, bajo rendimiento, absentismo…).
La tendencia actual en la investigación del síndrome es la de concretar sus biomarcadores para realizar una detección precoz y una evaluación y tratamiento adecuados. La Asociación Española de Psicología Clínica y Psicopatología realizaron una revisión de la literatura al respecto, os resumimos a continuación los datos más interesantes:
- Biomarcadores cardiovasculares:
- Los trabajadores con burnout presentan una tensión arterial sistólica significativamente más baja que quienes no padecen el síndrome.
- Los trabajadores con burnout presentan mayor frecuencia cardíaca que los sujetos control.
- Biomarcadores relacionados con el sueño:
- Varios estudios demuestran que el burnout se ve asociado a trastornos del sueño y, específicamente, a una peor calidad del sueño. Por ejemplo, el agotamiento emocional se relaciona con más despertares nocturnos, mayor latencia y menos horas de sueño.
- Biomarcadores relacionados con los ejes hipotálamo-hipófiso-suprarrenal (HHS) y simpático-médulo-suprarrenal (SMS):
- Los empleados con estrés crónico muestran niveles más altos de cortisol durante la jornada laboral.
- Biomarcadores relacionados con el sistema inmunitario:
- En el caso concreto del burnout, se ha visto que la dimensión despersonalización se ve asociada a una disminución de la actividad de las células naturales asesinas (NKCA) y de dos anticuerpos mononucleares CD57 y CD16. En general, el estrés crónico produce también depresión del sistema inmune, a través del IgA salival y la lisozima.
- Carga alostática: definida como las consecuencias fisiológicas resultado de una fluctuación neural o de una respuesta neuroendocrina resultante de la exposición al estrés crónico o repetido.
- Se ha confirmado que niveles altos de carga alostática se asocian al burnout y al estrés crónico, pero no se relacionan con depresión.
- El burnout podría ser la causa de manifestaciones fisiológicas como el hipocortisolismo, debido a que crecientes niveles de estrés podrían conducir a una mayor carga alostática.
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